OYENDO EL ALMA DE LA ALHAMBRA
VIENDO EL ENCLAVE TAN ESPECTACULAR
VER Y OÍR EL SONIDO DEL LUGAR
Ha sido un auténtico placer disfrutar de la mañana fresquita; un paseo tranquilo por los bosques escuchando los pájaros, oyendo el fluir del agua por las acequias; escuchando historias lejanas y tocando los árboles; oliendo la savia del ciprés; bebiendo agua encantada. Sentir el crujido de las hojas secas bajo los pies, nos ha hecho disfrutar de la naturaleza que fue; arrastrarnos por el terraplén de las huertas ( y hacernos sentir como niños), observar el rápido paso de las ardillas, ver y oír a un petirrojo cantando en la rama, pasar la mano por los arbustos olorosos y sentir su aroma y su tacto; acariciar la superficie de la fuente... como tela sedosa y sentir una sensación de ternura con el agua cantando. Un regalo para los sentidos.Hemos descubierto:
Ciprés, como árbol de la felicidad que baila al ritmo de la brisa. (Puede llegar a los treinta metros.)
Acequias para acercar el agua al alma. (La mejor, la de la escalera del agua, que dice la seño que también es un buen libro.)
Jardines sonoros y llenos de historias de amor. (La mejor la de la princesa Zorahaida que de tanto llorar se convirtió en agua.)
Paseos con sombras del pasado.
Petirrojos que despiertan la atención y el asombro.
Fuentes silenciosas, sedosas y refrescantes.
Surtidores cantarines que adornan jardines de ensueño.
Peces de colores que se acercan a nuestro pan y nos sorprenden profundamente.
Una salida tan colorida, como las historias que hemos conocido del pasado de un lugar especial: LA ALHAMBRA DE GRANADA.
No hubiese sido posible sin la inestimable colaboración de las madres de Samuel y Miguel, y de la Seño Maru. Gracias, habéis hecho posible un día fabuloso.
NUESTRA REPRESENTACIÓN
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